He tenido varias conversaciones con gente que juega a D&D y otros tipos de juegos que suelen acompañar el uso de miniaturas y tiles (tableros de juego), y siempre se han sorprendido ante mi afirmación, que nunca usé miniaturas ni tablero para representar los combates jugando a D&D 3.5.
Es cierto. He jugado con miniaturas si, pero no como DM o, si las he usado alguna vez han sido tan anecdóticas que no lo recuerdo (quitando pruebas de juego, claro está).
Y puedo asegurar que he jugado mucho a D&D 3.5, a advanced D&D y ahora a quinta, hasta tal punto que en su día, cuando la Boom de 3.5 jugué tanto al D20 que terminé agobiado y aborrecido y pasé varios años sin jugar a nada que tuviera D&D como referencia.
Las virtudes de quinta edición me han hecho volver al redil a pesar de que no me terminan de convencer los juegos con experiencia mediante adquisición de niveles, y por supuesto, tampoco he usado miniaturas cuando he dirigido.
Con otros juegos si recuerdo la experiencia de haber empleado miniaturas y tableros de juego. Por ejemplo con Juego de tronos un día para representar una escaramuza grande. En Mutant chronicles para representar alguna batalla o situación complicada (que para eso tengo chorrocientas minis pintadas), y en Cadwallön por que el sistema de sigilo y combate esta más reglado con el uso de minis que el propio D&D cuarta edición. Que no es decir poco.
En defensa de Cadwallön, he de decir que el juego está muy bien planteado, ya que la mayoría de aventuras se juegan en una ciudad enorme y la importancia de poder entrar a ciertos lugares o realizar ciertas acciones sin que resultes sorprendido es muy importante para el personaje y el grupo de aventureros, ya que no solo podrían acabar en la cárcel o comenzar un combate con la guardia (cuyas estadísticas no son nimias), si te reconocen puedes caer en desgracia ante el Duque de la ciudad que es el protector del grupo… casi nada. Ya veis que hay mucho en juego. Y por todo ello el juego se encuentra muy reglado, con niveles de alerta según que zona de la ciudad, dependiendo de sus habitantes, las acciones a realizar… mola mucho de verdad. Si no lo conocéis echarle un ojo, pero, es cierto que tiene mucho de juego de mesa en algunos momentos que algunos no puede gustarles.
Siguiendo con D&D, el caso es que no me gusta usar miniaturas por que se pierde mucho tiempo y se pierde esa capacidad de narración que de repente se encuentra militada por figuras, dibujos, escenografía o yo que se. Pero lo principal, es que un combate narrado me cuesta mucho menos resolverlo de palabra que mediante miniaturas.
Me gusta el juego ágil, la posibilidad de inventiva de los jugadores y no sentirme atado a una perspectiva errónea de dos miniaturas una frente a otra de forma estática, cuando en un combate de verdad no lo estarían.
Algunos me han preguntado ¿Como lo haces si las reglas de combate están orientadas a usar tableros y los rasgos a usar se miden en casillas? Pues fácilmente, al igual que en advanced o en quinta edición (o cualquier otro juego), el DM indica si los personajes llegan, están al alcance adecuado o resuelve cualquier otra duda respecto a las distancia y se fían del DM para resolverlo, en 3.5 lo mismo.
“Uso ataque elástico ¿llego? Pues si o no, si pero te quedas a una distancia cerca de su movimiento…” es sencillo, es lo mismo que si los rasgos no estuvieran “limitados” por unas cifras y el jugador describiese que quiere hacer de otra manera. Nunca me ha supuesto problema alguno la verdad. Es lo mismo que un personaje lance una bola de fuego en Dungeon World que lo haga en D&D, hay una distancia y un área de efecto. Ya.
Por otro lado, lo que si he usado han sido mapas o se los he dibujado a los jugadores. Una cosa no quita la otra. Un mapa es una ayuda de juego para mostrar a los jugadores la situación en la que se encuentran los PJ.
No considero lo mismo mostrar un esbozo de mapa, incluso imprimir y recortar un mapa escaneado de la zona de juego para mostrar a los jugadores como es el entorno si es difícil de describir, que el empleo de ese mismo mapa para resolver situaciones tácticas. De hecho, considero necesario el uso de esos mapas o dibujos en momentos concretos. No siempre claro, pero si en algunas ocasiones.
Es como los mapas de los jugadores y del Maestro del saber de El Anillo Único. A los jugadores les permito usar el mapa sin hexágonos para que sean la ubicación de ciertos lugares, en cambio, no permito que usen el mapa hexagonado para que vayan moviendo al grupo donde quieran.
Al contrario de lo que se podría creer, tengo cientos de miniaturas y muchos tableros de juego en casa. La mayoría sin usar o usados de otra forma. Puro afán de coleccionismo o simplemente síndrome de Diógenes rolero, y acumulo cosas que no voy a utilizar en la vida o con muy poca frecuencia.
De hecho, me compré el juego de mesa de Dungenons & Dragons por los tiles y miniaturas cuando lo vi a 20€, por qué en mi opinión el juego no vale más, a pesar de leer reseñas y opiniones que ponen al juego bastante bien. Para mi se me hace un Heroquest malo y eso que hoy en día, en mi opinión, Heroquest ha envejecido bastante mal, a pesar que guarda esa fama y aura de juego mítico y lleno de nostalgia, debido a que muchos de nosotros casi se puede decir que comenzamos a jugar a rol con se tipo de juegos. Al menos, comenzamos ha hacerlo en la misma época y esos anuncios de televisión nos calaron a tan tierna edad.
Como veis soy bastante incoherente entre mi estilo de juego, mis gustos en cuanto a los manuales que empleo y las compras que hago.