Es frecuente (más o menos) leer cosas en la red sobre interpretación de personajes, narración y otras importantes cuestiones sobre las que hay tantas y tantas opiniones distintas.
Es una riqueza increíble la que se puede encontrar alrededor de este tema.
Hace poco, Maese Sirio Sesenra hizo un comentario sobre la increíble interpretación en una partida por Hangout de Pedro Pablo Calvo. No me gusta mucho mostrar estas majestuosas interpretaciones, por que hay gente a la que estas cosas le intimidan en lugar de incentivarlo. Me recuerda a la época en los que pintaba miniaturas para jugar a wargames, durante la cual para tener una referencia de pintado buscaba en la red miniaturas pintadas de otra gente, pero si encontraba miniaturas pintadas por profesionales se me quitaban las ganas de pintar por que su nivel no lo iba a conseguir jamás… prefería ver algo mediocre y resultón, que algo magníficamente pintado. Evidentemente, hay gente que al ver algo increíblemente bien pintado si que lo incentiva, y es que es un poco lo de siempre, cada persona es un mundo y lo que a unos les crea una referencia a seguir, a otros les quita las ganas de vivir.
Pero la verdad es que la escena interpretada por Pedro es muy buena y merece la pena verla.
Os la dejo aquí para que opinéis vosotros mismos (minuto 1:19:00 aprox).
Reflexionando sobre lo que se puede ver en el video, y un poco con una conversación con Maese Sirio sobre esta escena he llegado a la conclusión, que la escena no es buena por la interpretación en si (que no niego que sea buena), si no por el sentimiento que muestra en ella. Si os dais cuenta, hay momentos en los que parece que está a punto de llorar, sintiendo cada palabra que dice, pudiendo visualizar al PNJ que tiene delante, respirando el mismo amor que el uno siente por el otro. Es como si Pedro no fuera Pedro, si no su personaje, y no estuviera delante del ordenador, si no es la escena representada.
Esta conclusión (quizás errónea) me ha hecho pensar en lo que nos cuesta representar los sentimientos en la mesa de juego, o al menos algunos sentimientos como el amor.
No consigo recordar ninguna conversación (quizás las haya tenido pero no las recuerdo), en las que a la hora de debatir sobre la interpretación se haya sacado el tema de los sentimientos en la conversación.
Es como si fuera algo secundario, poco importante, dejando en primer plano de la interpretación, y en tendiendo habitualmente como tal, a la interacción de los personajes con otros entes, escenas u objetos.
Echo la memoria atrás, y recuerdo cierta escena de la campaña de Asesinato en Puerta de Baldur en la que Miguel interpretando a Sandor el rey del futuro (un mago adivino Caótico Bueno), confesaba con arrepentimiento un asesinato a sangre fría a su amigo Gustag. El jugador interpretó muy bien el dolor que sentía su personaje, casi pareciendo arrepentido de verdad. Y recuerdo que tras esta escena no pude evitar comentarlo en G+, pues es una verdadera gozada ver como tus jugadores se meten hasta tal punto en el papel, como llegan a ese grado de inmersión, y como sus personajes evolucionan mediante avanzan las partidas.
¿Por qué nos cuesta tanto interpretar sentimientos? ¿Por qué se convierten en algo tan inusual? Puede que el odio, la rabia, la indiferencia, el dolor se describan de alguna manera, pero ver como el jugador siente y rezuma esa sensación como si fuera el mismo quien lo siente es mas difícil de ver y presenciar.
Por otro lado, el amor, el romanticismo… que pocas veces he logrado ver parte de una interpretación donde se incluyan estos sentimientos. Una lastima…
Es como si estos sentimientos fueran tabú. No nos importa describir como descuartizamos a un ser, como destruimos sus posesiones, como les hacemos daño, torturamos, y cosas peores, pero algo tan cotidiano como el amor rara vez sale por propia voluntad de un jugador y lo interpreta en primera persona…
¿Tanta vergüenza nos da mostrar nuestros sentimientos? ¿Es que no queremos parecer débiles y por eso no se hace? ¿O sencillamente es que en esta hipócrita y falsa sociedad esta mal visto mostrar que sentimos?
En algunas ocasiones, pienso que interpretar a un personaje es como tocar un instrumento o cantar una canción. Todos sabemos cantar (mas o menos), y muchos hemos tocado algún instrumento alguna vez en nuestra vida, pero no es lo mismo hacerlo, que hacerlo con sentimiento, y creo no equivocarme al decir que no es lo mismo ver y escuchar como tu tío Pepe, ya algo tocado por el vino, se pone a cantar una jota a los novios en la boda de tu primo José Luis, a pesar de que todo el mundo aplaude y ha habido mas grito que sentimiento, pero cuando ves a un jotero cantarle a la Virgen el día de la ofrenda, y se te ponen los pelos como escarpias del sentimiento que comparte; y supongo que todos tendréis en mente algún momento televisivo de algún pianista solo conocido en los círculos de la música clásica y presenciar como cada vez que presiona una tecla, acompaña el movimiento de sus manos con el balanceo suave de su cabeza, que con los ojos cerrados observa como esa música que crea flota en el aire hasta su público.
Es decir, podernos tocar un instrumento y mostrar sentimientos, pero no podemos expresar esos sentimientos, describirlos y mostrarlos a no ser que sea insultar, atacar o guardar rencor.
Creo que este es in interesante punto para crear debate, y no hablar sobre si D&D o Fiasco son rol. Creo que es importante e sugerente hablar de los límites hasta donde podemos llegar a la hora de interpretar los sentimientos de un personaje. Por que ya sabemos que se puede jugar sin ellos, pero parece que no nos damos cuenta de qué implica jugar a rol interpretando esos sentimientos. El miedo de un niño pequeño al encontrarse solo en su habitación con la luz apagada; el amor protector de un padre de familia cuando esta se encuentra en peligro; la inseguridad de un adolescente ante su primer día de instituto; el miedo a romper la magia de ese momento que a todos nos ha rodeado cuando hemos besado a una chica (o chico) la primera vez; el miedo a caminar solo por una calle a oscuras con la sensación de que algo o alguien te persigue; que tu coche se pare en medio de la nada a 120 Km de la ciudad mas próxima sin movil, y sin agua; la despedida a un ser amado que sabes que nunca mas vas a volver a ver; dejar sola a esa persona amada al otro lado del anden, mientras tu corazón y el suyo no quieren separarse…
Los límites de esta interpretación tan solo deberían detenerse ante la inmersión que logramos de nuestro personaje. De esa sensación en que persona y personaje son uno mismo, que en ocasiones cuesta separar la realidad de la ficción y sientes como el daño que recibe tu personaje lo estás recibiendo tu. Que lo que tu personaje sufre, lo estas sufriendo tu. Que las decisiones importantes para tu personajes, son tambien importantes para ti. Y sentir cuando has acabado una gran campaña después de largas sesiones de juego, que lo que ha hecho tu personaje ha estado bien, por que sientes como el mundo está salvado, como la chica ha sido rescatada, o la bomba de los terroristas desactivada, y suspiras con alivio por que mantenías la tensión hasta el ultimo momento, como si fueras tu quien estaba en la piel del protagonista, por que en realidad eras tu…
Esta es, en mi más sincera y posiblemente equivocada opinión, la mayor magia que podemos encontrar en un juego de rol. Ser capaces de salir espiritualmente de nuestro banal cuerpo para meternos en la piel, carne y huesos de un personaje ficticio. Ser nosotros sin serlo. Por que como decía aquel anuncio de Play Station (aunque yo siempre recordaré la versión de Fan Letal de Cels Piñol):
"Durante años he vivido una doble vida. De día, me comporto como una persona normal..., pero de noche vivo una vida de regocijo, de lecturas apasionantes, de niveles infranqueables..., de latidos interrumpidos, dados, joysticks y adrenalina. Y, dicha sea la verdad, una vida de virtud dudosa y coleccionismo acérrimo.
No lo voy a negar. He estado envuelto por la violencia, incluso la he buscado. He mutilado y asesinado a mis enemigos, y no tan sólo en defensa propia. He mostrado un total desapego por mi vida, mi integridad, mi propiedad y mi paga semanal..., y he saboreado cada instante.
Al mirarme nunca lo dirías..., pero he liderado ejércitos, he luchado contra orcos, he destruido seres preternaturales y he conquistado mundos. Y aunque para lograrlo he dejado a un lado la moralidad y el apego a mi ficha de personaje... no me arrepiento. Porque he llevado una doble vida, y al menos puedo decir... que he vivido."